El término ghosting, comenzó a acuñarse en Estados Unidos a raíz de la famosa película «Ghost», protagonizada por Patrick Swayze y Demi Moore en 1990, para referirse al final de una relación amorosa, zanjada de forma abrupta por uno de los componentes; lo que comúnmente conocemos en España como “salir a comprar cigarrillos”.
Según una encuesta publicada por el prestigioso diario estadounidense, Huffigton Post, al menos un 11% de los americanos lo ha practicado alguna vez y, si bien podría traducirse del inglés como “fantasmeando”, el ghosting no es precisamente cosa de fantasmas, sino de personas de carne y hueso.
Sin embargo, es a raíz de la inesperada ruptura entre Charlize Theron y Sean Penn, cuando la utilización de la palabra ghosting cobra verdadera fuerza.
Hasta entonces, parecía que todo iba miel sobre hojuelas para la estelar pareja. Siempre estaban juntos en todos los estrenos y pasarelas, parecían la mar de felices y así debía ser, pues Charlize interpretaba el papel protagonista en la última película de Sean, hasta que, de un día para otro, la actriz envió un comunicado de prensa a la revista People anunciando su ruptura con el actor para, acto seguido, continuar con su vida como si nada hubiera pasado.
Parece ser que la causa estuvo en un supuesto desliz de Sean Penn, quien, durante el rodaje de la película «Diré tu nombre» (The last face), se habría echado en los brazos de la doble de Charlize Theron, Fleur Van Eeden; si bien los rumores ya habían comenzado unos meses antes, a raíz de que la joven actriz de treinta años hubiera comentado que encontraba a Sean muy atractivo para su edad.
El ghosting hoy en día
El ghosting no es un fenómeno nuevo. Al menos entre famosos, son varios los casos conocidos desde hace décadas y, si tomamos en cuenta la estadística, es más común de lo que parece, pues, aproximadamente, uno de cada cien estadounidenses, ha “fantasmeado” alguna vez. Por ejemplo, en el año 89, Daniel Day Lewis, actor irlandés (En el nombre del padre), comunicó por fax a su pareja, la actriz Isabelle Adjani, la decisión unilateral de separarse.
Otros ejemplos dignos de mención y más recientes, son los de Joe Jonas, que terminó su relación con Taylor Swift sin que ella se hubiera dado cuenta, o el de Katy Perry, a quien su pareja abandonó mediante un sms y un email.
Sin embargo, hoy en día, en lugar de tomarnos la molestia de enviar siquiera un fax, hemos pasado directamente a ignorar a la pareja en el whatsapp y/o en las redes sociales.
El aumento de este tipo de aplicaciones y la angustiosa sensación de ver en la red a la persona amada, sin poder interactuar con ella, le otorga todo su fuerza y sentido al término ghosting y a la figura del «fantasma».
¿Debemos resignarnos a perder el derecho a recibir explicaciones de manera personal? Quizá este sea el precio que debemos pagar por vivir en la era del “mirar hacia delante” y del “pasar página”.